PATRICIO

No sé como iniciar contando esto, pero voy a empezar por el primer recuerdo que me lleva mi memoria:

Todo comenzó con Bruno el american bully de mi mami.

A Bruno le conocí personalmente en diciembre 2022, y antes de él, aunque en casa ya habíamos tenido perros, yo no lograba conectar con ninguno. Con absolutamente ningún perro. Toda mi vida me han sido indiferentes, y no concibo ese acto de, repentinamente al ver cualquier perrito, tirarme a abrazarlo.

De hecho, una amiga muy querida, me dijo una vez que algo dentro de mí estaba muerto o vacío (que es casi lo mismo), porque no me gustaban los perros. Creo que tenía razón. Silvana si ves esto, no te equivocabas y lo sabías. Pero bueno, volviendo  a Brunito, como yo le digo: bruniti, ñiñi, negrito. Bruno despertó algo en mi, y me agradezco haberme dejado llevar, y no ignorar esa emoción, ni rechazarla, ni negarme a la experiencia de querer a un perrito. Como Brunito no vive en Honduras, yo pasaba extrañándolo y quería verlo todo el tiempo, abrazarlo, dormir con él como cuando voy a visitar a mi mami. Idea que yo rechazaba totalmente de cualquier mascota; pensaba que la gente en verdad estaba loca para dormir con un perro en su propia cama. JAJA, ahora mejor solo me río…

No tengo el recuerdo del momento exacto en que mi cerebro dijo: ‘‘quiero un american bully’’, pero de la nada, yo quería uno. Se lo pedí a mi novio y pues buscamos, buscamos, y buscamos y no lo encontramos. En el ‘‘fracaso’’, la idea de tener una mascota, se fue enfriando.

En mis sesiones con mi psicóloga, donde trabajamos la empatía y compasión, me fue recomendando libros y di con el de ‘‘Encuentra tu Persona Vitamina’’ de Marian Rojas Estapé. Ahí encontré un capítulo que habla sobre los animales domésticos y cómo una mascota puede ayudar significativamente a bajar los niveles de cortisol y mejorar la empatía. Creo, no estoy segura, pero creo, que a partir de ahí, esa idea se quedó conmigo desde 2021. Luego, experimenté el amor hacia un perrito sin buscarlo en 2022, y fue hasta 2024 (que sigue siendo un trabajo constante mis avances en terapia) que de repente estaba deseando con todas mis fuerzas tener un perrito que fuera mío. Que viviera conmigo. Que yo lo criara. Que yo lo amara.

Cuando menos acordé, Pinterest, Instagram y tiktok estaban mostrándome contenido de los bulldog inglés, y despertó en mi el mismo sentimiento hacia Brunito. Estando en USA en diciembre, lo buscamos pero no lo encontramos. Nuestros amigos incluso nos ayudaron buscándolo porque lo quería con tanta fuerza.

¡Y, oh sorpresa! En febrero del 2025 encontramos a mi bebé, mi perrito, mi Patricio. Ese nombre se lo puso el negro jajaja, y según whastapp, desde Octubre 2024 ya le llamábamos por su nombre, en cualquier conversación que lo trajeramos a colación.

Recuerdo que lo puse en mi visión board incluso, es que eran muy intensas mi ganas de tenerlo. Desde el 18 de abril, Patricio está 100% de su tiempo con nosotros, y eso nos llena de mucha paz y amor.

Es el nuevo miembro de la familia, nuestro pequeño hogar que ahora somos 3.

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